Espectaculos

Marco Bechis asume la perspectiva del sobreviviente desde la literatura

El director de la película "Garage Olimpo" presentó una novela autobiográfica sobre sus días secuestrado en el centro clandestino de detención Club Atlético en 1977.

  • 01/09/2023 • 22:07

Con una trayectoria en el universo del cine, el videoarte y la fotografía que tuvo en la película "Garage Olimpo" su momento cúlmine, Marco Bechis (Santiago de Chile, 1955) presenta ahora su primer libro, "La soledad del subversivo", una novela autobiográfica que se centra en sus días secuestrado durante la dictadura cívico militar, pero también en el juicio y condena a los responsables, todo desde una perspectiva que asume para narrar: la del sobreviviente.

 

Con mate de por medio, en una tarde de entrevistas durante sus días en Buenos Aires para presentar esta novela autobiográfica publicada por el sello A.hache de la editorial Adriana Hidalgo, el cineasta asegura, en una charla con Télam, que toda película o ficción es autobiográfica pero en este caso decidió retomar con datos precisos sobre sus días secuestrado en el centro clandestino de detención Club Atlético en 1977.

 

Pero no solo está ese día a día de terror sino también el relato sobre su vida previa y posterior que incluye el regreso a Italia, país natal de su padre, al que regresó una vez liberado y en el que hizo base para proyectar su futuro. Sus padres y hermanas vivían en Italia pero Bechis, a sus 20 años, decidió regresar a Buenos Aires a estudiar. Se trataba de un regreso porque los Bechis ya habían vivido en Argentina por el trabajo como directivo de Fiat.

 

Sobre esta novela, escrita en italiano y traducida al castellano por Ana Miravalles, y terminada antes de la pandemia, Bechis se explayó en una charla en la sede de la editorial en el barrio de Recoleta en la que también contó que entre sus proyectos hay un libro autobiográfico sobre Chile, por los 50 años del golpe militar, un guion y una comedia sobre crisis de hombres de mediana edad.

 

-Télam: ¿Cómo fue el proceso de escritura de la novela? ¿Puede ser pensada como un diálogo con "Garage Olimpo"?

 

-Marco Bechis: Al final todo apunta a un mismo lado porque un sobreviviente hace cine, escribe un libro. Es una marca que le queda. Es una catástrofe que ha sucedido y el que sobrevive no tiene una definición clara de por qué está vivo, cómo salió. Todas esas preguntas salen a lo largo de 40 años. El autor, escritor o el cineasta tiene que resignificar qué pasó antes de la catástrofe. La escritura salió como una nueva necesidad de sacarme de adentro, de expresar lo que pasó. El disparador del libro fue el juicio en 2010. Tengo estantes con diarios, cuadernos que llevo y pensé también que tenía que hacer algo con eso. Eran reflexiones de películas, sueños, cosas que podían tener un sentido. La idea narrativa me surge ahí. Respecto al cine, "Garage Olimpo" es una película autobiográfica aunque no cuenta mi historia. No soy una chica y no termino como ella, sin embargo el lugar en el que estuve fue reconstruido exactamente, los sonidos son los que escuchaba. Todo eso que le pasa me pasó a mí, menos el final. De alguna manera pensé qué otra cosa puedo contar más allá de lo que ya conté autobiográficamente. Aunque toda película es autobiográfica por más que hable de marcianos. Pensé que faltaban mis pensamientos en ese momento porque en una película el personaje está en un ambiente y en ese ambiente se mueve y a través de esos movimientos en el espacio yo percibo como espectador un mensaje, lo que está pasando, inclusive con los enormes silencios y lo que llena esos silencios, la voz en off. Dije voy a hacer una obra con otro lenguaje y que aporte a decir la verdad sobre lo que me pasó a mí íntimamente, cómo llegué a ese nivel de riesgo, cómo me expuse de manera inconsciente.


 

-T: La narración no es cronológica y el relato de la vida del protagonista se impone mientras está secuestrado. De esta manera en el relato prevalecen las ganas de narrar, el impulso de vida. ¿Cómo fue esa decisión?

 

-M.B.: Cuando estaba secuestrado en cierto momento no dormía más porque dormir significaba soñar, evadirme con montañas, aviones, todo lo que implicaba la libertad. Cuando me despertaba era la verdadera pesadilla, despertarse de un sueño en las montañas y encontrarse vendado era, como se dice acá, un bajón. Es cierto que pensaba un montón de cosas mientras me daba miedo que volvieran a darme picana, que volvieran a buscarme para matarme. El miedo era un tormento permanente, estaba impregnado. Y no era el miedo de cruzar la calle y te atropelle un colectivo o una curva en un auto ocasione un accidente. La vida puede terminar en un accidente pero terminó, en cambio, ese era un miedo constante, que no se sabía cuándo podía terminar, podía durar toda la vida. Para salir de eso uno pensaba pensaba y es un poco el esquema que terminó siendo un mecanismo narrativo.