Mundo

La palabra de Libertad Demitrópulos retumbando en la poesía de Alfredo Luna

El poeta y docente catamarqueño reúne en "Oficio de sombras" los libros de poemas inspirados en la lectura de las novelas de la autora jujeña. 

  • 01/09/2023 • 20:31

“Soy la repetición de lecturas a los que me precedieron y que sigue retumbando en mí”, dice Alfredo Luna en esa especie de guía o advertencia que abre este oficio de sombra, de reciente aparición bajo el sello de Ediciones del Camino, que nos permite entender este diálogo que el poeta traza con algunos de los personajes creados por Libertad Demitrópulos.

 

Para que se comprenda mejor hay que retroceder a 2018, cuando Luna obtuvo la beca que lleva el nombre de la escritora jujeña, la cual le permitió residir 30 días en San Salvador de Jujuy; días en los que se dedicó a leer, casi febrilmente, las novelas de Demitrópulos publicadas hasta entonces: "Los comensales", "La flor de hierro", "Río de las congojas", "Sabotaje en el álbum familiar" y "Un piano en Bahía Desolación".

 

“Había poesía en su narrativa, lo que me produjo una conmoción estética e intelectual”, supo contar el escritor catamarqueño, “eso estimuló mi potencial creativo y mi delirio”. Nosotros, agradecidos por ese proceso. Porque Luna, quien ya ha dado muestra de su potencia poética en libros como "Testigo Infiel" y "Daños Personales", logra con total maestría captar los giros del habla de estos personajes (un habla que, además, no le es ajeno) para entregarnos “sus sueños estremecidos, sus recuerdos rotos, la plenitud que se extingue”.



 

ancho el rumor de las sombras

que movieron la tierra cuando yo te quería

ancho  el tiempo extendió su fatal portento

cuando fuimos Los comensales de un pan de lava

y tristeza nos queda la edad   de los cuerpos aterrados.

 

"Oficio de sombra" esta conformado por seis series de poemas; los cinco primeros corresponden a cada una de las novelas y el último, “casa dormida”, a sus visitas a museos, cementerios, bibliotecas, galerías de arte y librerías de San Salvador de Jujuy en búsqueda de cualquier rastro dejado por Libertad. Aunque los resultados fueron bastantes escasos en esas recorridas, fueron abundantes los hallazgos en esas largas horas de solitaria lectura.

 

El título del libro ya indica toda una postura, una actitud que va a asumir la voz poética de principio a fin. Por ahí, estamos acostumbrados a escuchar decir que alguien escribe con “el yo lleno de gente”. Aquí, el poeta, asume el camino inverso: es él quien mezcla, inserta su voz en la de los personajes de las obras de Demitrópulos, aún cuando es consciente de (por expresarlo de algún modo) cierta “impostura”. Una sombra que es parte del todo, pero sólo como reflejo.