<p dir="ltr">Carlos A. Ricciardelli naci&oacute; en la ciudad de Buenos Aires en 1973. Es docente y autor de varios libros de ficci&oacute;n, entre ellos: &ldquo;Piedras contra un vidrio&rdquo; (1998), &ldquo;Las rec&oacute;nditas ganas de quedarme aqu&iacute;&rdquo; (2014), &ldquo;Fiebre&rdquo; (2020) y la antolog&iacute;a de relatos prehist&oacute;ricos &ldquo;El quinto elemento&rdquo; (2016). Su &uacute;ltimo libro de relatos es &ldquo;Rabia&rdquo; (2022), de la colecci&oacute;n Tinieblas de Clara Beter ediciones. Publica peri&oacute;dicamente en riosurbanos.blogspot.com &nbsp; <p dir="ltr">&ldquo;Rabia&rdquo; tiene 11&nbsp; relatos breves y crueles con escenarios en la periferia de la ciudad: los alrededores del Riachuelo, los conventillos, el barrio de Pompeya, los pasillos de la villa, las canchitas. Tambi&eacute;n un pueblo del norte en la monta&ntilde;a y la ciudad de Goya, en Corrientes, a orillas del Paran&aacute;. &nbsp; <p dir="ltr">Los personajes en su mayor&iacute;a viven en la marginalidad y hay uno recurrente, Mart&iacute;n Rilli, que tambi&eacute;n aparec&iacute;a en el libro &ldquo;Fiebre&rdquo;. El clima es muchas veces opresivo dado por las escenas de violencia, en esa &ldquo;ciudad infernal de cuerpos dolidos&rdquo;. &nbsp; <p dir="ltr">Las im&aacute;genes y lo sensorial impregnan textos como &ldquo;Oto&ntilde;o&rdquo; o &ldquo;Fr&iacute;os&rdquo; que llegan a la prosa po&eacute;tica. El oto&ntilde;o es &ldquo;la estaci&oacute;n de los ocres, de la selecci&oacute;n de inciensos y maderas a quemar&rdquo;. En &ldquo;Fr&iacute;os&rdquo; el invierno significa carencia&nbsp; para esas familias que &ldquo;apuran un guiso y alimentan estufas a fuerza de aserr&iacute;n y kerosene&rdquo;. &nbsp; <p dir="ltr">- &iquest;C&oacute;mo fueron tus comienzos en la escritura? &nbsp; <p dir="ltr">- Todo empieza un poco en la infancia, en mi familia ni mi mam&aacute; ni mi pap&aacute; hicieron la escuela secundaria y en mi casa hab&iacute;a muy poquitos libros. Tengo el recuerdo de un d&iacute;a de Reyes, yo tendr&iacute;a 7 u 8 a&ntilde;os, cuando me regalaron dos cuentos ilustrados de los hermanos Grimm, qued&eacute; fascinado con esas historias y dibujos. Despu&eacute;s en la primaria en el colegio Bernasconi, una maestra nos desafi&oacute; a escribir poes&iacute;a sobre el d&iacute;a de la primavera y de la madre. Ya en s&eacute;ptimo grado inventaba historietas con personajes y dibujaba historias. En tercer a&ntilde;o del secundario, en el Normal 5 de Barracas, descubr&iacute; a Cort&aacute;zar, Horacio Quiroga y Borges; fueron ventanas que se me abrieron al mundo y qued&eacute; deslumbrado. &nbsp; <p dir="ltr">Al terminar el secundario empiezo a hacer un taller de dibujo e historieta en Parque Patricios&nbsp; y el profesor me fue guiando tambi&eacute;n con algunas lecturas como Ray Bradbury; al poquito tiempo me invit&oacute; a participar de una revista cultural que se llam&oacute; &ldquo;Frente de tormenta&rdquo;, que sali&oacute; a principios de los 90, una &eacute;poca donde se hac&iacute;a todo en forma manual. Ah&iacute; descubr&iacute; que lo que m&aacute;s me gustaba era el tema de las letras. &nbsp; <p dir="ltr">- &iquest;C&oacute;mo llegaste a publicar tu primer libro? &nbsp; <p dir="ltr">- El primer libro lo publiqu&eacute; con dos compa&ntilde;eros y se llama &ldquo;Piedras contra un vidrio&rdquo; (1998) que son cuentos cortos.&nbsp; Antes hab&iacute;amos hecho una incursi&oacute;n en los fanzines con dibujos, poes&iacute;as y relatos cortos que distribu&iacute;amos gratuitamente a la salida de los recitales de rock &ldquo;under&rdquo;, en San Telmo o en las plazas, como el Parque Lezama. &nbsp; <p dir="ltr">- En tu libro &ldquo;Fiebre&rdquo;, si bien hay una prosa sencilla que atrapa al lector, se nota un trabajo con la escritura para llegar a esa simpleza. Tambi&eacute;n mencion&aacute;s a escritores y hay situaciones de lectura y bibliotecas. &nbsp; <p dir="ltr">- S&iacute;, lo que tiene que ver con la sencillez del lenguaje es una b&uacute;squeda, est&aacute; bueno que lo menciones porque a m&iacute; no me interesa el arte o la literatura para pocos, para entendidos. Me interesa que cualquiera pueda acercarse y leer lo que estoy escribiendo. Son textos simples en un punto, m&aacute;s all&aacute; de las tem&aacute;ticas que son complejas. Lo de situaciones de lectura no lo hab&iacute;a pensado tanto pero es verdad, aparecen, tambi&eacute;n personajes que est&aacute;n pensando en la escritura. &nbsp; <p dir="ltr">- Tambi&eacute;n est&aacute; la influencia de escritores como Bukowski. &nbsp; <p dir="ltr">- S&iacute;, le&iacute; mucho a Bukowski y tiene poemas de amor que son bell&iacute;simos. Tambi&eacute;n le&iacute; mucho a Onetti&nbsp; y si bien sus escrituras son distintas en un punto coinciden en ese existencialismo de cierta soledad, cierta marginalidad, cada uno en su lugar, uno en el R&iacute;o de La Plata, otro en los Estados Unidos; y el tema de los v&iacute;nculos con las mujeres. &nbsp; <p dir="ltr">- Con respecto a los personajes, son v&iacute;vidos y bien delineados. &iquest;En qu&eacute; te inspir&aacute;s para crearlos? &nbsp; <p dir="ltr">- En general hay algunos temas a los que vuelvo todo el tiempo, que me obsesionan: el tema de la violencia en todos sus aspectos, el tema de la opresi&oacute;n del hombre y el tema del&nbsp; amor dentro de lo que es el capitalismo, el que nos toca a nosotros es muy brutal. A partir de ah&iacute; hay una escena que me aparece y empiezo como a desarmarla, a tirar de esa punta del ovillo para ver qu&eacute; le pas&oacute; a esa persona. Hay algunos personajes que son recurrentes que me los imagino como si fueran amigos, son cosas que me pudieron haber pasado a m&iacute;, no necesariamente, pero tienen que ser cosas que le pueden pasar a la gente com&uacute;n. &nbsp; <p dir="ltr">- Me pareci&oacute; un hallazgo el uso de los tiempos verbales en el relato &ldquo;Constantino&rdquo;, jugando con la segunda persona para Irina y una tercera para el protagonista.&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp; &nbsp; <p dir="ltr">- S&iacute;, quer&iacute;a jugar con distintos narradores, no me convenc&iacute;a la idea de que el narrador sea en primera persona, me parec&iacute;a que hab&iacute;a que buscar una vuelta. Jugu&eacute; con la idea de cuando hablo conmigo mismo frente al espejo y digo: &ldquo;Te dije que te iba a pasar esto&rdquo; (risas). &nbsp; <p dir="ltr">- Tambi&eacute;n lo relaciono con que el personaje de Irina es una chica trans y esa segunda persona verbal le da un mayor misterio. &nbsp; <p dir="ltr">- Todo lo que es periferia y borde me despierta much&iacute;sima curiosidad y admiraci&oacute;n. Todo lo que es la otredad m&iacute;a es el mundo que me fascina, el que quiero descubrir, conocer. Y retomando lo que hablamos antes de Bukowski, de Onetti, a lo largo de mi vida con todos estos cambios en la manera de vincularnos los varones con las chicas trans tambi&eacute;n, todo esto me llena de preguntas. &nbsp; <p dir="ltr">- En &ldquo;Rabia&rdquo;, tu &uacute;ltimo libro, cambi&aacute;s tanto los escenarios como los personajes y aparece la prosa po&eacute;tica, sobre todo en los relatos &ldquo;Oto&ntilde;o&rdquo; y &ldquo;Fr&iacute;os&rdquo;. &iquest;C&oacute;mo es tu relaci&oacute;n con la poes&iacute;a? &nbsp; <p dir="ltr">- Intento escribir poes&iacute;a, en mi blog hay algunos intentos, no me siento seguro con la poes&iacute;a. S&eacute; que ac&aacute; hay una prosa po&eacute;tica. La poes&iacute;a es como &ldquo;el arte&rdquo; para m&iacute;, llegar a eso es un trabajo de escritura y reescritura que lo hago con la prosa porque es mi forma de trabajar, pero siento que todav&iacute;a me falta. En general los poemas que me gustan son como peque&ntilde;os chispazos que irradian belleza o una reflexi&oacute;n muy fuerte. Como cuando vas caminando por la calle al atardecer y empiezan a prenderse las luces de las calles, me parece que la poes&iacute;a es eso, peque&ntilde;os resplandores de belleza en la ciudad, porque yo soy un tipo muy urbano y si bien mis historias a veces suceden en otros espacios, el tema de la ciudad est&aacute; en m&iacute; todo el tiempo. &nbsp; <p dir="ltr">- Tambi&eacute;n en &ldquo;Rabia&rdquo; hay un trabajo con la imagen y lo sensorial en esos relatos breves. &nbsp; <p dir="ltr">- S&iacute;, yo redescubr&iacute; el oto&ntilde;o y luego las cuatro estaciones con Gelman, con sus descripciones del oto&ntilde;o me conmovi&oacute; profundamente, por supuesto tambi&eacute;n su poes&iacute;a pol&iacute;tica, es un maestro. Es esto, mirar por la ventana, las hojas en el piso, la hora en la que empieza a oscurecer, el olor al caf&eacute; en los bares, todo eso tiene que ver con cierta calidez del oto&ntilde;o. Pero bueno, ac&aacute;, que nosotros dentro de todo podemos disfrutarlo. Pero nos corremos un poquito a la periferia de la ciudad y est&aacute; ese borde filoso, esa cosa dura de la marginalidad, de la escasez, de la falta. &nbsp; <p dir="ltr">- Ten&eacute;s un blog desde hace muchos a&ntilde;os. &iquest;C&oacute;mo trabaj&aacute;s tu escritura all&iacute; y en las redes en general? &nbsp; <p dir="ltr">- Todas las herramientas nuevas me parecen maravillosas, pero yo llego siempre con poquito de &ldquo;delay&rdquo; a todo. El blog trato de actualizarlo una vez por mes, s&eacute; que ahora los blogs se leen muy poco, pero es como una especie de &uacute;ltimo borrador de lo que vengo escribiendo y esas cosas me sirven&nbsp; de material preliminar si empiezo a pensar en un libro. Adem&aacute;s los relatos del blog son muchos m&aacute;s cortos que los que aparecen en los libros. Salvo en el &uacute;ltimo, &ldquo;Rabia&rdquo;, que son relatos muy cortitos de manera deliberada. El blog es un cuaderno de bit&aacute;cora, lo hago circular entre conocidos y amigos para sondear qu&eacute; est&aacute; pasando con eso. Tambi&eacute;n tengo mi libreta anal&oacute;gica,&nbsp; esto de juntar papelitos. &nbsp; <p dir="ltr">- &iquest;Est&aacute;s trabajando en textos nuevos&nbsp; o pensando en un pr&oacute;ximo libro? &nbsp; <p dir="ltr">- Estoy escribiendo para un pr&oacute;ximo libro. Entre las &uacute;ltimas entradas de mi blog hay una historia que se llama &ldquo;Cr&oacute;nicas del capitaloceno&rdquo;, hace rato que me preocupa y me angustia todo lo que tiene que ver con el cambio clim&aacute;tico y a pesar de que le pongo mucho esfuerzo soy bastante pesimista y eso trato de canalizarlo a trav&eacute;s de la literatura. Estoy escribiendo varios relatos, hay uno o dos que pueden llegar a ser novelas cortas, est&aacute;n impregnados por esto, cierto fin de &eacute;poca que est&aacute; cruzada por el cambio clim&aacute;tico. Y siempre esta preocupaci&oacute;n por la violencia, por la forma que nos tratamos nosotros dentro de este capitalismo cada vez m&aacute;s brutal. Veo un fin complicad&iacute;simo para todo.